En España, aunque sin mucha disparidad, cada billete tiene un color característico. El majestuoso púrpura del billete de 500 €, el metálico ocre del billete de 200 €, el azul cielo del de 20 €… Pero, sin embargo, los dólares no disponen de más de un color, independientemente de su valor monetario. ¿Por qué todos los billetes de Estados Unidos son verdes?

Fue en 1850 cuando Tracy R. Edson, de la Compañía de Billetes, se dio cuenta de que la tinta verde era resistente a todos los disolventes conocidos y que, por tanto, era el color que más dificultaba la falsificación.

Hay que tener en cuenta que, hasta esa época, falsificar el papel moneda era un proceso sencillo: se hacían fotos del billete en cuestión (entonces en blanco y negro), se lavaba convenientemente y se añadían a las copias el color deseado.

En 1929 se introdujeron los billetes de menor tamaño pero se continuó con el color verde porque, además, era un pigmento que existía en grandes cantidades y resistía eficientemente a cambios químicos y físicos. Así el verde se empezó a relacionar psicológicamente con la fuerte economía de los Estados Unidos.

Aparte de las ventajas que ofrece el pigmento verde, permite un contraste entre los colores vivos y pálidos muy difícil de imitar además de que, en el mismo billete, se encuentran pequeñas fibras de color rojo o azul. Casi indetectables al ojo humano e imposibles de falsificar.

La respuesta a porqué todos los billetes de Estados Unidos son verdes tiene dos respuestas. Por una parte, es el pigmento que, junto con la textura y otros componentes dificulta la falsificación. Por otro lado, está relacionado con la psicología del color y el simbolismo: el verde representa la grandiosidad y la estabilidad económica de los Estados Unidos.