Los Simpson, Bob Esponja, Pikachu, Winnie de Pooh, Minions, Alegría en Inside Out… Todos estos dibujos tienen en común que son personajes animados y que su color característico es el amarillo.

¿Pero por qué se utiliza tanto esta tonalidad en los dibujos animados? Esto no es mera casualidad, está perfectamente estudiado y es una mezcla de teoría del arte y psicología.

Globo de dibujo animado amarillo

Tradicionalmente, el color amarillo está identificado como el color de la sonrisa, el buen rollo y el positivismo. Cuando pensamos en objetos amarillos probablemente, lo primero que aparezca por nuestra cabeza es el sol. 

Si trasladamos la percepción del color amarillo a personajes de ficción funciona igual. Los protagonistas de muchos dibujos animados son de este color, ya que buscan conectar con los espectadores y crear ese vínculo de simpatía. No tiene por qué ser un personaje que forme parte del bando de los buenos, simplemente, el creador lo que busca es una conexión que enganche al espectador desde el minuto uno y sienta una especial predilección por él. Además le aporta dinamismo y energía, factores que se consideran fundamentales en la animación.

Otro de los motivos sería que el uso de colores complementarios permite hacer más reconocible a un personaje animado. Y es por eso que los creadores de los Simpsons lo eligieron, en lugar de un tono más natural de piel, porque iba a ser instantáneamente reconocible cuando los televidentes estuvieran haciendo zapping.

Entonces a la pregunta de porqué hay tantos personajes de dibujos animados de color amarillo  le econtramos dos respuestas. Por una parte, gracias al impacto visual que genera en el espectador. Y por otro lado, está relacionado con la psicología del color y el simbolismo: el amarillo representa alegría, buen rollo, calidez y simpatía, emociones consideradas indispensables en los dibujos animados.