Los factores que determinan la elección del color de nuestro coche son tan variopintos como el estatus social, nuestros gustos personales o el sexo. Pero se podría decir que en ciertas ocasiones la elección de un color determinado para nuestro vehículo podría incrementar la probabilidad de tener un accidente.

Según un estudio efectuado por la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, los coches en color gris, rojo o amarillo sufren un porcentaje de accidentes menor respecto a los coches negros, verdes o marrones.

Analizando con mayor detenimiento el estudio de la Universidad de Auckland, el color marrón se encuentra en la cima estadística de accidentes de tráfico con un 70% de posibilidades. En contraposición, el color gris plata apenas alcanza el 13%.

En un rango medio encontramos colores como el blanco con un 33%, el azul con un 30% o el amarillo con un 27%.

Ahora bien, al margen de las estadísticas es un hecho que la luz incide de una manera diferente en cada color, por tanto la principal conclusión del estudio es que aquellos coches que mayor cantidad de luz absorben son los menos visibles y por tanto los que mayor riesgo de accidente tiene, debido a que los conductores en lugar de percibir el color de los vehículos perciben el reflejo que estos emiten.

 

Fuente: www.motor.mapfre.es